La ceremonia de apertura de los Juegos de Rio de Janeiro, los primeros de la historia en Sudamérica, se realizó este viernes en el mítico Estadio Maracaná
Brasil espera que esta gran fiesta del deporte permita hacer olvidar por unas horas la crisis política y económica que azota el país.
La fiesta comenzó con la mítica “Aquele Abraço” de Gilberto Gil y la presentación del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, entre aplausos.
En un principio, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, debía ser también introducido, pero el himno del país, interpretado por Paulinho da Viola, cambió los planes.
Se esperaba que ese momento fuera un referendo virtual para el mandatario, quien apenas cosecha un nivel de aceptación del 22 por ciento.
Con la mitad de los brasileños en contra de los Juegos, según una encuesta de Datafolha, apenas 37 representantes de gobiernos extranjeros, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y los presidentes francés y argentino, François Hollande y Mauricio Macri, estuvieron presentes en la apertura, la mitad que en Pekín-2008 (80) y Londres-2012 (70).
La ceremonia tiñó rápidamente el histórico Maracaná de verde, con continuos mensajes ecologistas y de protección del medioambiente.
“¡Terrícolas, reforestemos, salvemos el planeta!”, rezaban los creadores en su mensaje olímpico.
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