El recién inaugurado túnel ferroviario de San Gotardo es una obra única, por su dimensión de 57 kilómetros de longitud que permite el paso de trenes de alta velocidad entre el Mediterráneo en el norte de Italia y la costa Atlántica de Holanda.
La construcción representó un reto para las empresas de ingeniería que durante 20 años trabajaron en su implantación, mientras el grupo Lombardi dedicó un millón de horas como responsable de la planificación, diseño y dirección. A partir de su apertura, en Suiza, el nuevo enlace permite la circulación diaria de 325 trenes, 260 de carga y 65 de pasajeros, de los que los primeros podrán alcanzar un desplazamiento máximo de 160 kilómetros por hora, y los segundos lo harán a un promedio de 200 kilómetros pudiendo llegar a 250 kilómetros por hora.
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