Estados Unidos se vio confrontado ayer a un nuevo tiroteo mortal contra policías, esta vez en la ciudad de Baton Rouge, Luisiana, 10 días después del asesinato de 5 oficiales en Dallas, Texas.
Tres uniformados murieron e igual número fueron heridos, en un tiroteo registrado en circunstancias confusas en Baton Rouge, donde el deceso de un joven negro a principios de julio a manos de la fuerza pública desató una ola de indignación y protestas.
Este drama se produce en un contexto de fuertes tensiones raciales en la capital de Luisiana, que ha sido el teatro de numerosas manifestaciones contra la violencia policial en las semanas recientes.
Esas protestas se registraron luego de la muerte a principios de julio de Alton Sterling, un vendedor ambulante negro abatido por un agente.
El presidente Barack Obama condenó el incidente, y dijo: “Por segunda vez en dos semanas, agentes de la Policía fueron asesinados de forma cobarde mientras hacían su trabajo”.
Deja un comentario