Las autoridades de Turquía continuaron capturando ayer a militares, jueces y fiscales acusados de haber apoyado el golpe de Estado fallido contra el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Ante una multitud reunida en Estambul para apoyarlo, el mandatario islamista conservador participó en el entierro de un “mártir” del golpe en la mezquita de Fatih, y prometió eliminar el “virus” que, según él, corroe las instituciones del Estado.
Limpieza
“Vamos a eliminar el ‘virus’ de todas las instituciones”, dijo Erdogan. Poco antes su ministro de Justicia, Bekir Bozdag, aseguró que “continúa la gran limpieza”, y confirmó que hay unos 6 mil detenidos, entre ellos el edecán del presidente Erdogan, según la agencia progubernamental Anadolu. Se trata del coronel Ali Yazici, asistente militar del gobernante desde el 12 de agosto de 2015 y que es objeto de una demanda por parte de la fiscalía de Ankara.
El sábado, el Gobierno ya había anunciado la aprehensión de cerca de 3 mil soldados por su presunta participación en el intento de golpe lanzado el viernes. Tras horas de violencia, que dejaron al menos 265 muertos en Ankara y Estambul, la intentona fue frustrada por los partidarios de Erdogan.
El ministro de Exteriores turco, Omer Celik, pidió a sus compatriotas que sigan como en las últimas horas movilizados en favor del Gobierno, para consolidar esta “victoria de la democracia”.
“Estamos en las calles. La vigilancia de la democracia continúa”, anunció el ministro, mientras se llevaba a cabo una plegaria en favor de los mártires.
El sábado, miles de turcos salieron a las calles para celebrar el fracaso del alzamiento en medio de un mar de banderas y del sonido de los cláxones de los coches.
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