El británico Chris Froome se cayó y corrió por algunos metros en las pendientes del Mont Ventoux, después de chocar con una moto, pero salvó el liderato por decisión de los comisarios, ayer en la etapa 12, que ganó el belga Thomas De Gendt (Lotto).
El incidente, inédito en la historia del Tour, sucedió en el último kilómetro, antes de la meta en Chalet Reynard y se produjo cuando el australiano Richie Porte (BMC), quien marchaba junto a Froome, colisionó contra una motocicleta, que había aminorado la marcha por la masiva presencia de espectadores, según las imágenes de la televisión.
A continuación llegó el líder y también se fue al suelo. Con su bicicleta arruinada, por el impacto de otra moto, Froome protagonizó una imagen nunca vista. Un maillot amarillo corriendo en solitario por las pendientes del gigante de la Provenza.
Entonces la organización le prestó una bicicleta y luego, su equipo le dio una segunda, que fue con la que entró en la meta.
“El Mont Ventoux está lleno de sorpresas. Tuve que correr, sabía que el coche con mi otra bicicleta estaba muy lejos, cinco minutos por detrás. Estoy muy contento con la decisión de los comisarios, es lo correcto. Se los agradezco, como a la organización del Tour”, dijo Froome.
En una primera clasificación Froome caía a la sexta posición, a 53 segundos del que iba a ser el nuevo líder, el sorprendente británico Adam Yates (Orica).
Después de unos minutos los comisarios decidieron recuperar los tiempos. De esta forma Froome es primero con 47 segundos de ventaja sobre Yates, 54 sobre Quintana (3) y 56 con el holandés Bauke Mollema.
El reglamento de las carreras ciclistas prevé que un corredor sea clasificado con el mismo tiempo que los corredores con los que se encuentra, en caso de accidente en los últimos kilómetros, pero esta regla no se aplica en las llegadas en alto.
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