Arturo dejó de existir a los 31 años. El mamífero, el último que se hallaba en cautiverio en Argentina, falleció el domingo en el zoológico de Mendoza, paseo cerrado al público tras la muerte de animales.
El Ursus maritimus, por cuya liberación la organización Greenpeace reunió firmas en 2014, época en la que se ganó el mote del oso más triste del mundo. “Esperamos que Arturo sea el último polar retenido en nuestro país, que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación”, opinó Soledad Sede, portavoz de Greenpeace.
El parque de Mendoza, que cuenta con 2 mil ejemplares en 0.48 kilómetros cuadrados, fue clausurado en junio, tras el deceso de 64 animales entre diciembre de 2015 y mayo de este año. Investigaciones determinaron que la presencia de bacterias, combinada con las condiciones de hacinamiento, se cuentan entre las causales.
Acerca del deceso, la declaración oficial es que por su edad presentaba un cuadro terminal, “falleció por un desbalance hemodinámico, lo que desencadenó una descompensación multisistémica”.
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