El ruido de los festejos de Islandia seguía retumbando ayer en la Eurocopa 2016 por el histórico triunfo sobre Inglaterra, cuya delegación abandonó en silencio y ya sin técnico el territorio francés, donde Alemania debe superar su “trauma” con Italia para tomar la hegemonía mundial del futbol que cedió España en el Stade de France en la víspera.
“No tenemos ningún trauma con Italia”, afirmó Joachim Low en Evian cuando le consultaron sobre la histórica paternidad de los italianos ante Alemania, pues siempre gana la nazionale en fases finales de grandes torneos (5 en Copa del Mundo y 3 en Eurocopas).
El Alemania-Italia se juega el sábado en Burdeos y el vencedor esperará al mejor del domingo en el Francia-Islandia. Sí, Islandia, aunque el planeta futbol aún no lo cree.
El alumno superó al profesor y los islandeses siguen de fiesta en las calles de Reikiavik. Otros todavía no quieren despertar del sueño mágico. Uno es el relator islandés Gudmundur Benediktsson: “Es el final. No me despierten nunca más. No me despierten jamás de este sueño de locos. ¡Islandia… va al Stade de France… el domingo! Francia-Islandia. Inglaterra se vuelve a casa. Salgan de Europa. ¡Vayan a donde quieran! Inglaterra 1, Islandia 2, es el marcador final”, gritó al micrófono en Niza.
Dijeron adiós
Allí comenzaron a preparar las valijas los pross. El primero fue Roy Hodgson, quien renunció después del partido, y ayer volvió a comparecer ante la prensa, muy frágil.
“No sé, la verdad, qué hago aquí. Pensé que mi comunicado de anoche era suficiente. Ya no soy seleccionador de Inglaterra. Mi tiempo se acabó. La gente está todavía dolida por nuestra derrota de ayer, que nos hizo abandonar el torneo”, resaltó.
Diablos en el infierno
En Le Haillan, Bélgica prepara su choque del viernes de cuartos contra Gales en un clima de cierta tensión, pese a los buenos resultados. El número 2 mundial, luego de debutar con derrota frente Italia (2-0), encadenó 3 victorias, la última frente a Hungría (4-0) en octavos, pero la guerra entre la prensa belga y Marc Wilmots y sus muchachos no tiene tregua.
“A la prensa le gusta criticar más que impulsarnos hacia delante. Esto rompe la moral de algunos jugadores. Eso no me afecta a mí, pero hay otros más débiles ante las críticas. Somos personas. La gente piensa quizás que somos máquinas”, reprochó Yannick Carrasco.
Al parecer, lo único que sacará a los diablos rojos del infierno es el título del 10 de julio, en París.
Deja un comentario