La convergencia independentista en Cataluña se rompió debido al rechazo de la izquierda radical a dar su apoyo a los presupuestos del Gobierno, que lo asumió como un fracaso de su plan de secesión de España y contempla la posibilidad de nuevas elecciones.
“En estas condiciones, no se puede continuar, no vamos a ningún sitio con bases tan volátiles”, afirmó el presidente catalán, Carles Puigdemont, después de perder la votación parlamentaria, y manifestó: “Constato que mi gestión perdió la mayoría necesaria para trabajar y cumplir nuestro plan de trabajo”, declaró ante los diputados.
La coalición Juntos por el Sí, de Puigdemont, formada por partidos independentistas de derecha e izquierda, llegó al poder, tras un pacto con la Candidatura de Unidad Popular (CUP), de izquierda radical, para convertir esta región mediterránea en una república independiente.
El pacto se rompió cuando la CUP se unió a la oposición no independentista para impedir la tramitación de los presupuestos, que fueron rechazados con 62 votos a favor y 72 en contra.
Son manifiestamente insuficientes y están marcados por el mantenimiento de la austeridad y la sumisión al Gobierno central”, argumentó Eulalia Reguant, diputada que reclama desobedecer los topes de gastos marcados por Madrid y subir los impuestos a las rentas altas.
Decisión
Ante la nueva coyuntura, Puigdemont anunció que en septiembre se sometería a una moción de confianza en el Parlamento. Si la CUP vuelve a alinearse con los no independentistas, deberá escoger entre un nuevo gobierno o convocar nuevas elecciones, las cuartas desde 2010, con lo que el proceso independentista catalán quedaría abortado.
“Creemos que los puentes hacia la independencia no se han roto”, le respondió de forma inmediata el diputado de la CUP, Joan Garriga, aunque sin asegurar su respaldo al proyecto.
Deja un comentario