La Corte Suprema de Justicia de El Salvador entregó a familiares las osamentas de 11 víctimas de la masacre en El Mozote, donde fueron asesinadas no menos de mil personas por el Ejército en 1981.
“Después de un proceso de identificación en laboratorios recibimos 11 restos: 2 adultos y 9 de menores”, manifestó Ovidio Mauricio, de la Oficina de Tutela Legal María Julia Hernández. El magistrado Florentín Meléndez entregó los ataúdes blancos con una rosa amarilla, en un breve acto celebrado en un salón de la Corte.
“Me siento triste, pero al mismo tiempo alegre porque sabré dónde quedará enterrada mi niña Mirna, que apenas tenía 1 año”, declaró Pedro Ramos, un campesino de 66 años que aún busca el cuerpo de su esposa, Cristina Martínez. Tanto él como otros familiares derramaron lágrimas al recibir los cofres con sus seres queridos, asesinados hace 35 años.
Explicación
“La entrega forma parte de un acto de reparación a las víctimas” que fue ordenado por la Corte Interamericana de Justicia, con sede en Costa Rica, la cual condenó al Estado salvadoreño, explicó Mauricio.
Debido al grado de deterioro que mostraban, algunos huesos fueron identificados por información antropológica y no por ADN. La identificación de los restos también puede servir como prueba en un eventual proceso judicial en contra de los responsables, aunque todo intento de hacer justicia ha chocado con una ley de amnistía que en 1993 perdonó las atrocidades de la guerra.
Las cajas serán resguardadas en las oficinas de Tutela Legal en San Salvador, y sepultadas por sus familiares el 11 de diciembre, cuando se conmemore el 35 aniversario de la más cruel masacre cometida durante el conflicto armado (1989-1992).
La matanza, perpetrada entre el 11 y el 13 de diciembre de 1981 en El Mozote, 210 kilómetros al este de San Salvador, ha sido atribuida al batallón Atlacatl, uno de los cuerpos de élite contrainsurgentes que fueron proscritos tras el fin de la guerra.
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