Bob Jungels, el joven luxemburgués que portaba la maglia rosa del Giro, incendió el final de la undécima etapa, ganada ayer en Asolo por el italiano Diego Ulissi, que logró su segundo triunfo parcial desde la salida.
Fiel al refrán que pregona que la mejor defensa en un buen ataque, Jungels tomó la iniciativa para ser el único del grupo de favoritos, en el que ya no le quedaban compañeros, que saltó en persecución del costarricense Andrey Amador (Movistar).
El luxemburgués se mostró, además, generoso en los relevos con el tico hasta la llegada a la pequeña y artística ciudad de Asolo.
Su audacia y esfuerzo fueron recompensados con 13 segundos, más 4 de bonificación, respecto de los favoritos.
“Cuando atacó Amador tuve que reaccionar. Me sorprendí un poco al ver la escapada”, explicó Jungels, quien buscaba también el triunfo de etapa.
El director del Movistar español Eusebio Unzué, analizó la etapa después de la llegada: “Andrey ha arrancado primero solo, y luego ha aprovechado cuando Jungels llegó por detrás. Con la maglia rosa junto a Andrey no nos iba mal, para ir de momento tomando algún segundo de ventaja de cara a las etapas de alta montaña. Después estando ahí adelante se tenía opciones de poder ganar la etapa”, dijo.
La jornada de hoy, totalmente plana, entre Noale y Bibione (182 kilómetros) es apta para la llegada al esprín, con 2 vueltas por un circuito urbano en la ciudad de la costa adriática. Para el alemán Andre Greipel, quien podría dejar la carrera antes de la llegada a la alta montaña, será sin duda su última oportunidad para brillar.
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