Los ministros de Finanzas del G7 de potencias industrializadas buscarán el fin de semana en Japón, fórmulas para reactivar el crecimiento, en un marco de desaceleración económica mundial y de tensiones monetarias.
La última vez que el archipiélago acogió una reunión del G7 remonta a 2008, cuando el planeta enfrentaba una de las peores crisis financieras de posguerra.
Ocho años después, la tempestad se disipó y la economía volvió a despegar, pero a baja altitud y sigue expuesta a numerosas amenazas.
El líder
En estos años, el G20, que reúne a países industrializados y emergentes, se convirtió en la principal instancia de cooperación económica y financiera mundial.
Pero el G7, sigue manteniendo consultas informales, sin invitar a Rusia, desde que este país se apoderó y le arrebató a Ucrania la península de Crimea en 2014.
En esos años, Japón cedió el lugar de segunda economía mundial a China, que actuó como motor de la demanda mundial durante la crisis, pero que está también en fase de desaceleración.
En la reunión que se realizará en la ciudad de aguas termales de Akiu, en la región de Sendai (noreste), participarán los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del país anfitrión y de Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá.
Agenda
En la agenda del G7 figuran la revitalización de la economía mundial y las grandes preocupaciones del momento: la desaceleración de China, el riesgo de que Gran Bretaña se vaya de la Unión Europea, tras el referendo del 23 de junio y la llegada masiva de refugiados a Europa, precisó el Ministerio nipón de Finanzas.
“La economía europea volvió a crecer, pero a un ritmo aún insuficiente y la economía mundial muestra tendencias contradictorias”, afirmó el presidente francés, Francois Hollande.
Guerra de moneda
Hollande y Abe abogaron por cierto expansionismo monetario, pero Alemania exigió ajustes profundos e hizo oír su discrepancia con las políticas extremadamente acomodaticias, de tipos de interés bajos o incluso negativos, mediante las cuales Japón y la Zona Euro buscan dinamizar sus economías.
“La estrategia de estímulo económico a través del crédito toca rápidamente su límite, como una llamarada fugaz”, advirtió el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en declaraciones al diario japonés Nikkei.
“Lo importante es promover reformas estructurales y reducir la deuda pública”, insistió.
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