El Atlético de Madrid obtuvo una clasificación agónica a su tercera final de la Liga de Campeones al perder 2-1 (2-2 agregado) en Múnich, y jugará el 28 de mayo en Milán por su primer título de esta competición.
El arquero esloveno Jan Oblak, con sus paradas, incluido un penal en la primera parte a Thomas Müller, y el francés Antoine Griezmann, con su gol salvador en el segundo período (54), fueron los héroes de la clasificación rojiblanca.
El Bayern, que partía con la desventaja del 1-0 de la ida, comenzó volcado sobre el área rival y creaba peligro con centros al área.
En una falta que cobró Xabi Alonso, la pelota se coló en el arco colchonero al pegar en el central uruguayo José María Giménez y descolocar a Oblak (31).
Oblak para un penal
La noche para el central charrúa empeoró dos minutos después, al agarrar en el área al español Javi Martínez y señalar el árbitro penal.
Pero Oblak detuvo el disparo de Müller (35) y dio oxígeno a su equipo, que estaba pasando por grandes dificultades.
La apuesta del Cholo dio frutos, y, en un rápido contragolpe, la pared entre Griezmann y Fernando Torres dejó solo al francés contra Neuer, a quien batió por bajo (54).
Pese a necesitar dos goles para clasificarse, el Bayern siguió su marcha. Tanto insistió Lewandowski, que acabó marcando en una jugada en la que el francés Kingsley Coman, que acababa de sustituir a Douglas Costa, centró desde la derecha y Vidal, en el segundo palo, cabeceó para el polaco, quien solo tuvo que empujarla con la testa (74).
No llega el tanto
Con el Bayern volcado, el Atlético tuvo la gran ocasión de poner fin a la angustia con un penal cometido sobre Torres, fuera del área, que lanzó el Niño y detuvo Neuer (84).
El marcador ya no se movió y el Atlético se clasificó para la final de la Liga de Campeones, el 28 de mayo en Milán.
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