El poeta y Premio Nobel Pablo Neruda volvió a ser enterrado este martes en el balneario de Isla Negra, en la costa central chilena, tres años después de que sus restos fueran exhumados para investigar si fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet.
Tras un homenaje popular en Santiago, el ataúd con los restos de Neruda fue trasladado este martes temprano, hasta la Isla Negra, donde volvió a ser enterrado en la tumba que mira al océano Pacífico.
Cubierto por una bandera chilena y escoltado por una veintena de familiares y miembros de la fundación que administra su obra, los restos de Neruda volvieron a ser depositados en la tumba ubicada en el patio de la casa con forma de barco, en la que pasó sus últimos días, y donde también descansa su última esposa, la soprano Matilde Urrutia.
Los restos de Neruda fueron exhumados en abril de 2013, por orden del juez Mario Carroza, que investiga si pudo ser asesinado, tras la inoculación de una inyección en el pecho, horas antes de morir en una clínica de Santiago de Chile, 12 días después de instalada la dictadura de Pinochet (1973-1990). “Hoy para nosotros no es un funeral, es todo lo contrario. Regresar a Isla Negra es volver a mirar el mar, y volver a mirar el mar, no es morir, es volver a vivir, sobre todo para un poeta”, indicó Raúl Bulnes, presidente de la Fundación Pablo Neruda.
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