Como consecuencia del mal manejo de juegos pirotécnicos, ayer se produjo un incendio en un templo del sur de India, que causó la muerte de 106 personas, de las cuales han sido identificadas 75, anunció el portavoz del jefe de gobierno del estado de Kerala, Oommen Chandy, y agregó que 280 resultaron heridas.
La catástrofe se produjo en Puttingal Devi en la ciudad costera de Paravur, en el estado de Kerala, durante las celebraciones del Año Nuevo hindú. “Nuestra prioridad ahora es darle la mejor atención a los heridos”, añadió el comunicador social.
Desde Nueva Delhi se enviaron equipos médicos. El Ejército movilizó helicópteros para evacuar a los que están más graves, anunció el ministro de Salud, Jagat Prakash Nadda. El primer ministro Narendra Modi visitó a los heridos en los distintos hospitales.
Bomberos y policías pasaron parte de la noche luchando contra las llamas en el templo y ayudando a las víctimas.
Señalamiento
Oommen Chandy acusó a los responsables del templo de haber lanzado los fuegos artificiales pese a no contar con la autorización necesaria, por las preocupaciones en torno a las medidas de seguridad.
En las imágenes televisivas podían verse columnas de humo, así como a los heridos llegando a los hospitales locales. El incendio se declaró poco después de las tres de la mañana.
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