El departamento de Guatemala tiene 2 mil 126 kilómetros cuadrados, equivalente al 1.95 por ciento de la superficie de todo el territorio nacional. No obstante, en él habitan aproximadamente 3 millones 460 mil guatemaltecos, o sea el 21 por ciento de la población total.
Esto es causa y efecto de la alta centralización productiva del Estado, y administrativa, del Gobierno, que caracterizan al modelo de organización social desde la Colonia.
Aunque, en general, se defiende la descentralización y la desconcentración como medidas que hacen más eficiente a la sociedad y robustecen la democracia, es un hecho que se debe seguir invirtiendo en mejorar la infraestructura de los grandes centros urbanos, y que de esa manera puedan optimizar su aporte al país.
La demanda sobre la mayoría de servicios municipales de la gente que reside permanentemente en las localidades del área metropolitana, más la de los usuarios que ingresan a diario para trabajar, ha rebasado las capacidades instaladas.
Y es en este punto donde las propuestas del gobierno central, de las administraciones ediles en conjunto y planteamientos más novedosos, como la coordinación del esfuerzo público en cualquiera de sus niveles, la iniciativa privada, pueden resultar soluciones efectivas.
Es lo que se espera del proyecto para el desarrollo del transporte que ayer anunció el presidente Jimmy Morales, el cual será llevado al Congreso, y fue presentado por Aldo García, ministro de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda, y cuya iniciativa principal es dotar al departamento de Guatemala de un tren que movilizaría para 2020 unas 150 mil personas diariamente.
La obra tendría un costo de Q1 mil 146 millones, que se proyecta conseguir en una alianza público-privada, modalidad de ejecución que refleja un adelanto importante en la gobernanza.
La propuesta también contempla modificaciones a la normativa que rige el transporte en autobuses, tendentes a endurecer los controles y la atribución de responsabilidades por la calidad y seguridad en el servicio, a los empleados y propietarios de las unidades.
Además del aporte indiscutible que el nuevo medio de movilización masiva tendría para la economía, las medidas complementarias contribuirían con la dignificación de los usuarios. Estas son las acciones que esperan quienes cotidianamente sufren vejámenes en sus esfuerzos de traslado colectivo, como parte de un hasta aquí a un persistente problema.
Deja un comentario