El mercado estimó que la economía brasileña caerá 3.6 por ciento este año en un reajuste a la baja de una previsión anterior, según el informe Focus del Banco Central divulgado ayer.
El centenar de analistas y operadores de mercado consultados semanalmente por la entidad monetaria preveía hace 7 días que el Producto Interno Bruto tendría un retroceso del 3.54 por ciento. Para 2017, la estimación actual de Focus es un crecimiento de 0.44 por ciento.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional pronosticó una baja de 3.5 del PIB este año y crecimiento cero en 2017, según sus recientes estimaciones divulgadas en enero.
Contracción
El PIB brasileño cerró 2015 con una contracción de 3.8 por ciento. Con la caída de este año, la mayor economía de América Latina anotará su primer bienio recesivo desde 1930.
Sin capacidad de ahorro, Brasil debió asumir el año pasado el golpe de que las tres grandes calificadoras de riesgo internacionales bajaran los bonos brasileños a la categoría basura.
El oscuro panorama incluye el escándalo de corrupción en Petrobras y desempleo, además, de una severa crisis política que tiene acorralado al gobierno de Dilma Rousseff, enfrentada a la posibilidad de un juicio de destitución en el Congreso.
Alza
El boletín Focus indicó además, que el país sudamericano registrará una inflación de 7.43 por ciento este año, bajando de los dos dígitos, con una leve mejora respecto a la previsión anterior, de 7.46 por ciento.
Esta economía que en agosto acogerá los Juegos Olímpicos cerró el año pasado con la inflación más alta desde 2002, empinada en 10.67 por ciento.
Postura
En ese contexto, el mercado celebra el fin del Gobierno, una acción que no deja de ser paradójica, debido a la conocida aversión de los inversionistas a los escenarios de inestabilidad, comentó el analista André Leite, de TAG Investimentos.
“Ahora, los inversores parecen centrarse en el hecho de que el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y Dilma van a perder el poder, dando lugar a tiempos más felices”, advirtió David Rees, economista de Capital Economics y especialista en América Latina, quien reconoce que el aumento en los precios del hierro también ha contribuido a la euforia.
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