En un proceso por presunta malversación, que se ventila en un tribunal de Palma de Mallorca, la infanta Cristina, hermana del rey de España, declaró que confiaba plenamente en la actuación de su cónyuge, Iñaki Urdangarin.
Ayer fue la primera vez que un miembro de la familia del monarca se sienta en el banquillo, en un caso de corrupción.
El exmedallista olímpico de balonmano, de 48 años, es sospechoso de haberse apropiado, junto a su socio Diego Torres, de dinero público mediante el Instituto Nóos, entidad sin ánimo de lucro que presidió de 2003 a 2006.
El juez instructor intentó demostrar que Cristina conocía y participaba en los negocios de su marido. Sin embargo, la férrea oposición de la Fiscalía impidió que la imputara por tráfico de influencias y blanqueo.
La causa
Ella está como cooperadora necesaria en dos delitos fiscales pues la pareja dedujo gastos personales: viajes familiares, fiestas de cumpleaños, regalos y clases de baile, como facturas profesionales.
Cristina de Borbón, de 50 años, segunda hija de Juan Carlos I y sexta en la sucesión al trono, enfrenta una petición de 8 años de cárcel.
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