El presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi reconoció por primera vez que la caída del vuelo 9268 de la aerolínea rusa Kogalymavia, el 31 de octubre de 2015, en el que murieron 224 personas, fue resultado de un atentado, tal y como lo había afirmado Moscú.
El brazo egipcio del grupo Estado Islámico había reivindicado el suceso el mismo día del siniestro, diciendo que colocó una bomba en el aparato, pero hasta ahora Egipto insistía en negarlo, sin duda por miedo a que el turismo, pilar de su economía, se derrumbara.
Reino Unido anuló todos sus vuelos hacia la estación balnearia Sharm el Sheij, de donde despegó el avión el 31 de octubre de 2015.
La aeronave partió del Aeropuerto Internacional de Sharm el-Sheij hacia la ciudad rusa de San Petersburgo. El aparato, con registro EI-ETJ, era un Airbus A321-231 que llevaba 217 pasajeros y 7 tripulantes, y se estrelló 23 minutos después de despegar en la península del Sinaí, Egipto.
Víctimas
En el percance iban 212 rusos, 4 ucranianos y 1 bielorruso. Con la cifra de personas fallecidas, ese accidente es el más mortífero en la historia de Egipto, superando la caída del vuelo 604 de Flash Airlines en 2004.
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