Los bolivianos decidirán el domingo si autorizan al presidente Evo Morales a presentarse para un cuarto mandato que concluiría en 2025, en un referendo crispado por denuncias de corrupción y la muerte de seis personas en un ataque a una alcaldía de oposición.
Según recientes sondeos, los partidarios del No (47 por ciento), superan al Sí ((27). De confirmarse el escenario, sería la primera derrota directa en los 10 años que lleva en el poder; su partido perdió perdió en 2015 plazas clave en las elecciones municipales.
El gobernante, el primer indígena aymara en llegar a la Presidencia, está afectado por el escándalo del supuesto tráfico de influencias en favor de su expareja, Gabriela Zapata.
Reacción
Casi dos semanas después de la denuncia, Morales reaccionó en un discurso público: “¡Qué tráfico de influencias, todo es un montaje!” para perjudicarlo en el referendo, expresó el jefe del Ejecutivo.
El periodista que denunció el caso, Carlos Valverde, jefe de inteligencia en la década de los 90, fue “agente encubierto de la embajada de Estados Unidos”, según el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana. Valverde rechazó la acusación.
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