Aunque su intensidad sigue siendo fuerte e influye en el clima del planeta, el fenómeno meteorológico de El Niño 2015-2016 comenzó su declive, anunció Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Ese disturbio, que se produce cada 4 o 5 años y causa tormentas e inundaciones, debería debilitarse en los próximos meses y desaparecer de manera progresiva en el segundo trimestre.
“Acabamos de vivir uno de los episodios más intensos jamás observados, y ha ocasionado la aparición de condiciones meteorológicas extremas en todos los continentes, contribuyendo a los récords de calor registrados en 2015”, expuso el delegado, al explicar que regiones de América del Sur y del Este de África aún no se han recuperado de las lluvias torrenciales y las inundaciones.
“El balance económico y humano de la sequía es cada vez más evidente en África Austral, bajo el Cuerno de África, en Centroamérica y en otras regiones del planeta, agregó el responsable de la entidad. Este suceso alcanza su máxima intensidad a finales de año, de ahí su nombre, el alusión al niño Jesús.
Explicación
El año pasado ha sido el más cálido jamás registrado debido a la conjunción de un episodio de El Niño, excepcionalmente denso, y el calentamiento del planeta por los gases de efecto invernadero, explicó el delegado.
En enero, California sufrió trombas de agua que causaron inundaciones y deslizamientos de terreno. Además, climatólogos aseguran que ese disturbio fue responsable de los mortales tornados en Texas.
Otro efecto
El Niño aumentó los ciclones en el Pacífico. Así, el huracán Patricia, que tocó las costas mexicanas el 24 de octubre de 2015, ha sido el más intenso jamás observado en el hemisferio oeste.
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