El espectro de una crisis similar a la de 2008 amenaza este principio de año con el ocaso de la economía china, que arrastra a los emergentes con la crisis deflacionista, los conflictos regionales y las burbujas financieras.
De acuerdo con Olivier Garnier, jefe economista en la Société générale, el derrumbe bursátil chino hace temer un aterrizaje brutal de una economía que fue uno de los principales motores del crecimiento mundial en los pasados 10 años.
“El crecimiento de la vieja economía industrial china es casi cercano a cero. Ya está en situación de hard landing (aterrizaje forzoso)”, subrayó el experto, quien indicó que el sector de los servicios sostiene aún al gigante asiático.
Mercados afectados
En ese sentido, no solo son afectados los mercados bursátiles del planeta. También sufren las economías de los socios comerciales de esa potencia.
En Estados Unidos, por ejemplo, “los mercados anticipan los efectos de la ralentización china en la actividad económica, pues la brutal caída de la riqueza financiera es un riesgo que pesa sobre el consumo de las familias”, explicó Xavier Ragot, presidente del OFCE (Observatorio Francés de Coyunturas Económicas).
La plaza de Fráncfort fue la que más padeció la caída del llamado tigre asiático, ya que Alemania depende de sus exportaciones hacia esa parte del mundo.
Caída de materias primas
En la pasada década, la nación oriental ha sido la locomotora económica para los países emergentes gracias a su fuerte demanda de materias primas. Pero los precios de estas empezaron a caer, a partir de 2014, a medida que mostraba síntomas de ralentización en su actividad industrial.
El derrumbe de la bolsa china complica las cosas. Y algunos emergentes, como Brasil, se hallan atrapados entre una baja de ingresos y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, que propicia una salida de capitales.
Desplome del crudo
En ese contexto, la ralentización, que reduce su demanda energética, también contribuye a la caída del precio del petróleo. Frente al derrumbe de las cotizaciones, los países productores ven aumentar su déficit público.
“Para mantener la paz y los gastos en armamento, esos países no pueden reducir sus gastos. Es una fuente de riesgo”, aseguró Garnier.
A su vez, la caída de los costos del crudo genera un riesgo deflacionista en los países importadores. “Los precios de las materias primas caen, la actividad cae. Hay un riesgo deflacionista muy fuerte”, destacó Ragot.
Deuda
En ese contexto, economistas aluden al riesgo de una burbuja financiera en los mercados de obligaciones. Con los bajos tipos de interés en Europa y Estados Unidos, el dinero ha acudido en masa a los países emergentes, que ofrecen mejores rendimientos.
Pero debido a las nuevas incertidumbres y la subida de las tasas en Estados Unidos, estos capitales abandonan los países con economía en desarrollo, dificultando las condiciones de financiación de éstos. La falta de confianza en los emergentes puede disparar su prima de riesgo en el mercado de obligaciones y agravar su deuda pública, añadió el experto.
Tensiones geopolíticas
En tanto, la proliferación de tensiones geopolíticas es una amenaza para la economía mundial. La ruptura de relaciones entre Irán y Arabia Saudita o el ensayo de bomba de hidrógeno por Corea del Norte son factores de incertidumbre, indicó Ragot.
“Hay un riesgo y un impacto negativo en las inversiones”, constató el presidente del OFCE.
La UE analiza petición
La Comisión Europea empezó la semana pasada, el análisis sobre el reconocimiento pedido por China del estatuto de economía de mercado, en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), inaugurando así un año de deliberaciones sobre este espinoso tema.
“Tuvimos una discusión [entre los 28 comisarios europeos]. Volveremos sobre el tema más adelante ya que el presidente [de la Comisión, Jean-Claude Juncker] dijo claramente que se debe estudiar el asunto en detalle dada la importancia que tiene para el comercio internacional, pero también para la economía de la Unión Europea”, explicó Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión.
Este órgano internacional debe alcanzar una posición sobre este pedido, que hace China desde que ingresó a la OMC, en 2001, y que se lo niega de forma periódica.
Un reconocimiento, en el sentido que reclama Pekín, haría más difícil a la UE combatir el dumping chino. Europa tiene siete reclamos abiertos contra China ante la OMC.
Deja un comentario