Convirtieron la injuria en un arma política, amplificada por las redes sociales.
Los escándalos de corrupción nos abruman. Pero no lograremos la ansiada seguridad política mientras continúe la “guerra sucia” de informaciones falsas y rumores.
Hay un medio en particular que ha aprovechado la indignación generalizada para agredirnos con chismografía dominical. Solo saldremos del atolladero con más y mejor política. No con la difamación, para destruir todo cuanto pueda significar crítica y reflexión.
Un ejemplo evidente de distorsión son los ataques contra Manuel Conde Orellana, quien desde la Comisión de Apoyo Técnico impulsa una nueva Ley de Servicio Civil del Organismo Legislativo. Se aprovechó el error del diputado de aludir ofensivamente a una reportera para distraer la atención sobre la necesidad de contar con un nuevo marco normativo para la administración de los recursos humanos en el Congreso de la República. Esa nueva ley es un momento importante en la reconstrucción política de nuestro país, ya que establece las bases de formas razonables de relación laboral en el sector público.
El tirano de la chismografía pretende que no veamos el bosque, sino la rama del árbol que él quiere romper. El debate debe centrarse en los recursos humanos en el Organismo Legislativo y el Congreso de la República, instituciones eminentemente políticas. Mientras haya niveles altos de rotación de los diputados, los trabajadores técnicos y administrativos pueden permanecer y hacer carrera, convirtiéndose en actores protagónicos de la institucionalidad legislativa.
La nueva ley debe dar paso a un Sistema del Servicio Civil del Organismo Legislativo. Esto dará la pauta para que en los otros poderes del Estado el otorgamiento de empleos o cargos públicos se base en méritos, capacidad, idoneidad y honradez.
Además, ninguna persona desempeñará más de un empleo o cargo público remunerado de manera simultánea, excepto quienes brinden servicios en centros docentes o instituciones de asistencia social, siempre que haya compatibilidad en los horarios.
Más importante: erradicar el clientelismo y el nepotismo, como quedó en evidencia en el Congreso de la República, pues los empleados públicos no están al servicio de partido político, grupo, organización o persona alguna.
¿Hay antídoto para evitar ser difamado y sometido a calumnias? Arthur Schopenhauer encuentra la vacuna en Aristóteles, en la Dialéctica erística o el arte de tener razón (1864), un manual para el debate político: “No discutir con el primero que salga al paso, sino solo con aquellos que conocemos y de los cuales sabemos que poseen una inteligencia suficiente como para no comportarse absurdamente y que se avergonzarían si así lo hiciesen”.
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