William Gadoury, un adolescente de 15 años, que estudia la secundaria en el Colegio Saint-Jean-de-Matha, en la ciudad canadiense de Lanaudière, descubrió una ciudad maya desconocida, hasta la fecha, bautizada como Boca de Fuego, gracias a su teoría de relacionar la posición de poblados y constelaciones.
Para lograr su cometido, relacionó datos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial Japonesa, y su hallazgo será publicado en una revista científica.
El muchacho se enteró que los antiguos pobladores podían ver la Osa Mayor, Taurus, Dragon, y Orión, entre otros conjuntos de astros en el firmamento.
Su primer descubrimiento fue Cassiopeia, que dejó una huella inequívoca entre 5 sitios.
El joven, quien es un apasionado de la cultura maya, analizó 22 constelaciones y se dio cuenta que si se conectan las 142 estrellas en un mapa, la forma corresponde a la posición de 117 ciudades mayas. Ningún científico había hecho tal correlación, hasta la fecha.
Mecanismo
El educando analizó un juego más de astros y determinó que este contenía 3 estrellas y solo 2 ciudades coincidían, por lo que llegó a la conclusión de que se trataba de un poblado sin descubrirse que está situado en la Península de Yucatán, concretamente, en la selva de Belice.
Hallazgo
Los análisis de los satélites, de diferentes agencias espaciales, revelan que, efectivamente, en la zona que menciona el joven hay una pirámide y 30 edificios.
“Las formas geométricas, como cuadrados o rectángulos, aparecieron en estas imágenes, formas que difícilmente pueden atribuirse a fenómenos naturales”, comentó el doctor Armand LaRocque, especialista en teledetección de la Universidad de New Brunswick.
El entrevistado explicó que no se trata solo de una nueva localidad maya, sino de una de las cinco más grandes.
“Cuando el doctor LaRocque me dio la noticia fue extraordinario”, manifestó el joven, quien llamó a la ciudad perdida K’ÀAK chi Boca de Fuego o La Bouche de Feu, en francés.
Lo dicho
“No entendía por qué los mayas construyeron sus ciudades lejos de los ríos, en las tierras marginales y en las montañas”, dijo Gadoury, y agregó: “En eso comprendí que adoraban las estrellas, de esa forma la idea vino a mí y realicé una verificación de mi hipótesis”.
*Con información de Le Journal de Montreal y agencias
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