domingo , 24 noviembre 2024
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Los sueños de la niñez que se convierten en realidad

Ejemplos de perseverancia en educación y emprendimiento.

El lugar refleja muchas diferencias socioeconómicas. Las construcciones contrastan entre sí: casas de un nivel, otras hasta de cuatro y, en gran parte, champas o chozas.

En los alrededores del área no cesa el ir y venir de las personas, ni la circulación y ruidos de camiones y picops que ingresan y salen del área.

Nos ubicamos en un sector de la zona 7 capitalina, que colinda con el relleno sanitario de la zona 3, administrado por la Municipalidad de Guatemala. Allí se puede observar un predio circulado, que aparenta ser una gran bodega. Preguntamos si es la sede de la institución que buscamos, a lo que nos responden que sí. Al entrar, lo primero que vemos es a un grupo de mujeres que al ritmo de la música se ejercitan: practican zumba.

Antes de ingresar a los talleres, las mujeres se ejercitan al ritmo de la zumba.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Nuestro imaginario

Hablar del basurero de la zona 3, es pensar en desechos sólidos, gente botando residuos o recogiendo algún objeto que podría serle útil. Además, nos recuerda las tragedias causadas por las lluvias, los incendios u otros fenómenos atmosféricos.

Se cuenta con proyectos educativos, desde preprimaria hasta tercero básico.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Sin embargo, en ese lugar existen proyectos educativos, de salud y emprendimiento, impulsados por instituciones benéficas, en coordinación con el Ministerio de Educación y la comuna capitalina, que favorecen el desarrollo de las familias que viven en las márgenes del relleno y hacen actividades de reciclaje para obtener recursos económicos.

Los materiales didácticos están adaptados para facilitar la enseñanza de la niñez.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Es el caso de la organización Camino Seguro, que trabaja desde 1999 con los habitantes de los alrededores de dicho botadero. Su objetivo es brindar oportunidades de superación a la niñez y juventud en ese lugar. 

Las acciones de la institución, que son posibles gracias a programas de voluntariado, donaciones y apadrinamientos, han logrado transformar vidas por medio de becas de estudio, desde primaria hasta tercero básico, así como intercambios laborales con empresas que apoyan la obra. 

Los programas son posibles con voluntariado, donaciones y apadrinamiento.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

El centro educativo de Camino Seguro posee lo necesario para facilitar la formación del estudiante como aulas virtuales, laboratorio de cómputo, biblioteca y tutorías.

De manera cotidiana, las mamás acuden a recoger los insumos para sus hijos.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Debido a la pandemia, actualmente la formación se imparte a distancia, para lo cual los docentes se esmeran para garantizar que sus alumnos reciban los insumos de aprendizaje en sus hogares, que los padres de familia recogen de manera cotidiana.

Las madres beneficiadas reciben insumos para el cuidado personal y cupones canjeables en artículos de primera necesidad.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Irma García es una de las madres cuyos hijos se benefician con el programa de enseñanza. “Me siento apoyada. Es importante el soporte que nos dan, especialmente en tiempos de pandemia”, indica mientras recibe el material y el plan de estudio de sus pequeños. 

Dos mamás coordinan la serigrafía que se plasma en los objetos que venden en el mercado local.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Karla Sarché es otra de las favorecidas, y cuando era menor de edad también recibió los aportes de Camino Seguro. Ahora, su hija es la heredera del apoyo. “Como resultado de las oportunidades, he incursionado en el ámbito laboral. Nada que ver con lo que hacía antes en el basurero”, señala, al indicar que labora en un centro de llamadas.

Una de las docentes revisa las tareas y prepara las siguientes que enviará a sus alumnos por medio de las madres de familia.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

En el taller de costura se observa aproximadamente a 10 mujeres: unas frente a las máquinas de coser, otras en el área de serigrafía y un grupo más coordina el trabajo para elaborar los artículos solicitados por los clientes, con los cuales obtienen ingresos económicos, entre estos, bolsas, adornos y otros insumos decorativos. 

El taller de costura se mantiene activo con la elaboración de los artículos solicitados por los clientes.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

Sentada frente a una máquina, Ruth Barrientos narra que lleva 3 años recibiendo el beneficio educativo para sus 3 niños. “Aquí nos sentimos apoyadas y con el ánimo al tope”, asegura.

Todos los sueños se pueden cumplir. Y esa es la actitud de Eva López y Karina Oscal, quienes también laboran en el taller. Ambas recién finalizaron el tercer semestre de Psicología en la Universidad Mariano Gálvez. 

La institución lleva un registro para garantizar que la niñez favorecida reciba lo que necesita para su formación.
Foto: Gabriel Herrera/DCA

“Yo soñaba con una oportunidad de formación, pero la situación de la familia era difícil y truncaba mis metas”, dice López, mientras coordina con sus compañeras el trabajo que deben entregar.

Oscal manifiesta que las metas pueden hacerse realidad con esfuerzo y dedicación. “Gracias al apoyo de Camino Seguro, Eva y yo hicimos realidad nuestros proyectos”, refiere mientras sonríe.

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