Exhortan a continuar inversión en los más necesitados.
América Latina y el Caribe son considerados un ejemplo global en la lucha contra el hambre y la malnutrición. En esta región se logró hacer frente al problema con paquetes integrales de medidas sociales que incluían, entre otros, programas de transferencias de ingresos para facilitar el acceso a los alimentos a las personas más pobres y vulnerables.
Así lo indicó José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante una actividad del 41 Período de Sesiones de la Conferencia de la entidad
internacional.
La voluntad política es el ingrediente necesario para erradicar el hambre y todas las formas de malnutrición, incluyendo el sobrepeso y la obesidad, en América Latina y el Caribe, afirmó Da Silva.
“La idea de que para acabar con el hambre hay que decidir invertir en los más pobres es hoy ampliamente aceptada por todos los países del mundo”, afirmó el funcionario.
Impulsar más la acción
“En los primeros 15 años de este siglo, América Latina y el Caribe redujo el hambre a la mitad, un tremendo logro del que toda la región puede sentirse orgullosa”, afirmó el subdirector general adjunto de la FAO y representante regional para la región, Julio Berdegué.
“En los últimos 6 o 7 años hemos perdido el impulso, y desde 2010-2012 ya no avanzamos. Tenemos que sacar del hambre a 3.5 millones de personas cada año, en promedio, si queremos llegar al Hambre Cero en 2030”, advirtió.
Berdegué alertó sobre el estancamiento de la lucha contra el hambre, y destacó que deben redoblarse esfuerzos en los territorios donde está “el núcleo duro del problema”.
El subdirector general de la FAO resaltó la importancia de renovar la voluntad política y volver a los acuerdos que permitieron el desarrollo de marcos institucionales sólidos y sistemas de gobernanza, como los Frentes Parlamentarios contra el Hambre.
Berdegué también destacó la aprobación del Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la CELAC, los consejos nacionales de Seguridad Alimentaria y Nutricional que se formaron en muchos países de la región, y el impulso otorgado a los programas de transferencias de ingresos, de apoyo a la agricultura familiar y de alimentación escolar.
El subdirector de la FAO agregó que el hambre ya no puede ser la única preocupación, ya que desde 2003 el número de personas obesas ha sobrepasado al número de personas hambrientas.