Guatemala posee gran riqueza biológica. Una de ellas son los ecosistemas de manglares ubicados en diferentes partes del país, donde cumplen infinidades de funciones, vitales para el ser humano y demás especies.
Debido a su importancia en nuestro territorio y en todo el mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el 26 de julio como el Día Internacional de la Defensa del mencionado recurso.
De acuerdo con datos oficiales, en nuestro país existen cerca de 18 940 hectáreas de mangle, la mayor cantidad en el Pacífico, con 17 670, y el Atlántico, 1170, distribuidas en Izabal, Santa Rosa, Escuintla, Jutiapa, San Marcos, Retalhuleu y Suchitepéquez.
Tiene presencia en cuencas de los ríos Polochic, Sarstún y Dulce, bahía de Santo Tomás, Punta de Manabique, Manchón Guamuchal, Reserva de Usos Múltiples Monterrico, Parque Nacional Sipacate-Naranjo y Hawái, según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
Estos recursos son irreparables y únicos. Poseen una gran variedad de vida y sirven como refugio de aves migratorias, criaturas marinas, reptiles y plantas.
César Zacarías, encargado del Departamento de Mangle, del Instituto Nacional de Bosques (Inab), explicó que estos ecosistemas proveen alimentación, son fuente de pesca artesanal, evitan la salinización del suelo para uso agrícola y se convierten en barreras contra tormentas, ciclones o huracanes. En ello radica la importancia de su conservación y protección. En ese sentido, para 2032 habrá 10 mil hectáreas restauradas, según el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).