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Los proyectos forestales fueron un bastión importante este año para la economía rural, especialmente en las áreas más vulnerables, donde se generaron 22 796 fuente de trabajo.
La iniciativa, impulsada con equidad de género, evitó la deforestación en grandes extensiones territoriales, informó Rony Granados, gerente del Instituto Nacional de Bosques (Inab).
Granados explicó que el Programa de Incentivos para Poseedores de Pequeñas Extensiones de Tierra con Vocación Forestal o Agroforestal (Pinpep) y la Ley de Fomento al Establecimiento, Recuperación, Restauración, Manejo, Producción y Protección de Bosques de Guatemala (ProBosques) permitieron evitar la deforestación de cerca de 240 mil hectáreas.
Además, contribuyeron en la recuperación, mantenimiento y manejo sostenible de 40 653 proyectos, equivalentes a 270 634.30 hectáreas, inyectando a la economía rural Q575 909 062.11.
“Los programas de protección evitaron la deforestación en importantes áreas verdes del país y aportaron a la economía familiar.” Rony Granados Gerente del Inab
El funcionario recordó que a principios de diciembre se efectuó el noveno y último pago de estos incentivos que favorecieron especialmente a poseedores y/o propietarios individuales, empresas forestales y proyectos municipales. El mayor número de iniciativas se registró en Petén, Huehuetenango, Baja Verapaz y Quiché.
Granados sostuvo que el Inab estimuló 22 479 proyectos en municipios con vulnerabilidad en la seguridad alimentaria y nutricional. De estos, 13 254 fueron en municipios del Corredor Seco y 30 686, donde existe pobreza y pobreza extrema.
El entrevistado dijo que este año se logró fijar 14.19 millones de toneladas de carbono en las áreas con incentivos. También se recuperaron 27 052.84 hectáreas, por medio de plantaciones, sistemas agroforestales y restauración forestal, entre otros resultados.