La compra y el consumo de granos biofortificados promovió el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola (ICTA), que lidera la Plataforma Institucional para el Desarrollo y Uso de los Cultivos Bioforticados en Guatemala, durante la presentación de la Plataforma BioFort, en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
Hace décadas
“Venimos trabajando desde hace 30 años en la investigación, para generar variedades e híbridos (no transgénicos) de granos básicos que se adecuen al contexto y territorio de las áreas más vulnerables a la inseguridad alimentaria, sostuvo Julio Franco, coordinador de Validez y Transferencia de Tecnología del Trabajo, del ICTA.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha trabajado con organizaciones de pequeños agricultores de granos de maíz en áreas del Corredor seco, los cuales contienen porcentajes más altos de proteína, zinc y hierro, que pueden utilizarse en territorios propensos a la sequía, explicó Mario Touchette, representante del ente internacional.
Agregó que se han adquirido 47 toneladas métricas de maíz y 4 de frijol, para ser utilizadas en los proyectos de resiliencia que el PMA lleva a cabo en poblaciones con alta vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria y nutricional.
Curt Bowen, de la entidad Semilla Nueva, reveló que ellos se han comprometido desde 2016 con acciones estratégicas para empoderar a las organizaciones que producen granos biofortificados, y mediante mercadeo social promover su compra y venta en condiciones competitivas.