Freeman busca respuestas en Tikal

Según el sitio indiewire.com la serie La Historia de Dios, producida por Morgan Freeman que incluye a Tikal, Petén, será estrenada el 3 de abril por el canal Nat Geo Mundo.

En el programa de 6 partes, el reconocido actor estadounidense, viaja por 7 naciones y 20 ciudades, para conocer cómo las culturas y religiones conciben a la divinidad y contestan las grandes preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Y ¿Por qué existe el mal? Entre otras.

Con la colaboración de Lori McCreary, James Younger y National Geographic, será transmitido en 171 países en 45 idiomas.

Según Freeman, quien visitó la metrópoli maya en agosto de 2015, el periplo lo lleva a rezar en una mezquita en El Cairo, Egipto, hasta discutir sobre la obra de Galileo con el titular de la Academia de Ciencias del Vaticano. En la entrevista en el referido sitio de Internet, el intérprete de 78 años refiere que en ciertos lugares “encontró respuestas; y en otros, más interrogantes”.

Enfatiza que la idea central descubierta en la travesía ha sido que “todos buscamos ser parte de algo más grande que nosotros” y que “sin duda, lo somos”, explica.

Enigmas existenciales

Cada uno de los episodios aborda un tópico diferente: primero, las similitudes en los relatos de las religiones sobre la creación y el cotejo con la teoría del origen del Cosmos.

Otra, la evolución acerca de la percepción de Dios en la historia, y si es posible detectar la “evidencia” de una presencia celeste en el ser humano. En tercer lugar, la raíz del mal; además, la verdad de los milagros y su interpretación por el cerebro y la necesidad de los individuos por convertir la ficción en realidad. Y, por último, el significado del Apocalipsis y la posibilidad de vida más allá de la muerte; en este caso, refiere a “una resurrección digital”, tema que se muestra en el trailer de la miniserie en una secuencia en la cual Freeman charla con el androide de una mujer.

Por su parte, los asociados McCreary y Younger coincidieron en que al final las respuestas las encontraron “para cada uno”, más allá de dirigirlas hacia la humanidad. Pero el objetivo, recalcan, es que la producción ayude a formar “un diálogo entre las religiones, sobre las ideas y valores que compartimos como espacie, aunque no estemos totalmente de acuerdo con ellas”.