La necesidad de encontrar soluciones para rescatar el sistema de salud nacional, y así poner fin a la falta de medicamentos e insumos, mejorar la atención primaria y de emergencias, y tener el personal calificado para que la población guatemalteca encuentre consuelo a sus males, ha juntado a casi todos los sectores relacionados con el tema.
Ahora, la Contraloría General de Cuentas, encargada de fiscalizar los gastos del Estado; la Procuraduría de los Derechos Humanos, observador de justicia; diputados al Congreso, responsables de aprobar leyes de beneficio común, y representantes de la sociedad civil, como interlocutores de los deseos ciudadanos, con todo y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, han armado una mesa de trabajo en la que se deberá encontrar la medicina para estas estructuras, enfermas desde hace mucho, y que urge no de pastillas milagrosas sino de un tratamiento intensivo para que respire con tranquilidad.
El estado comatoso en el que se encuentra es resultado de lustros de falta de fiscalización, planes no realizados, espoliación de recursos y contratación de personal en exceso y con falta de capacidades para atender la demanda de los guatemaltecos.
De acuerdo con las revisiones hechas a la cartera del ramo, y las declaraciones de los nuevos funcionarios, la corrupción campea por toda la organización; así que los esfuerzos también tendrán que escudriñar para dar con los responsables de acciones que atenten contra los recursos.
De tal cuenta, se prevé que los resultados de esta nueva instancia de trabajo podrán dictar cambios de mediano y largo plazo, que posibiliten una oxigenación para uno de los ministerios más aprisionados por pactos colectivos con sus sindicatos y con mayores problemas laborales.
Seguramente, otro de los puntos que tendrá que tratar este grupo de especialistas en torno de la discusión, es el financiamiento para honrar las deudas y cumplir con una ampliación de cobertura. De dónde y cómo se podrían obtener los quetzales necesarios; quizás para esto, la reforma tributaria propuesta por el Ejecutivo sea una posibilidad para atender a este enfermo terminal que ahora todos desean sacarlo de la crisis.
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