El mundo conmemoró este año por decimocuarta vez el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, fenómeno definido como las tareas ejecutadas por menores, que los priva de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
En torno al combate de este flagelo, que es insuflado por múltiples aristas de los desafíos de la nación, Guatemala cuenta con una mejor organización gubernamental y con el compromiso reconocido en sus autoridades.
Lo anterior se hizo patente en la reunión de la Comisión Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, que se efectuó ayer, coordinada por el vicepresidente Jafeth Cabrera Franco, durante la cual fue informado de los avances en la hoja de ruta para evitar el empleo de la niñez en el período 2016-2020.
Según informaron funcionarios, en los próximos dos meses se actualizará la información estadística sobre el tema y se concretará el mecanismo de coordinación de las acciones de los sectores involucrados en la Comisión.
Este es el segundo encuentro que la instancia ha desarrollado durante la administración del presidente Jimmy Morales, lo cual, a criterio de representantes de la iniciativa privada, es una muestra importante de interés en el asunto, que, de acuerdo con datos de 2014, afecta a 800 mil pequeños connacionales.
La urgencia de atender este indicador de reducido avance social se entiende mejor cuando se considera que la cifra referida implica que en Guatemala 1 de cada 5 niños de entre 5 y 14 años tiene una labor remunerada, o sea una cantidad equivalente al 13 por ciento de la Población Económicamente Activa.
La erradicación del trabajo infantil para 2025 es, además, una responsabilidad asumida por el país en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados por Naciones Unidas.
Es indispensable sensibilizar acerca de las condiciones difíciles en las que viven aproximadamente 168 millones de infantes en todo el mundo, para que las sociedades, como la guatemalteca, tomen medidas integrales con la convicción de que superar la situación del sector más joven de la población implica el progreso actual del Estado, y sienta las bases para que la prosperidad se acelere.
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