Millonarias sumas de dinero y la inhabilitación de pistas clandestinas de aterrizaje, son algunos de los golpes que las fuerzas de seguridad han asestado al narcotráfico, como resultado del trabajo entre los Ministerios de Gobernación y de la Defensa.
Petén, por su extensión territorial, sus áreas de difícil acceso y su cercanía con México, es una de las zonas más utilizadas para la actividad del crimen organizado.
Sin embargo, las acciones de las unidades especializadas para el combate de los grupos ilegales han neutralizado las operaciones ilícitas. De esa cuenta, el año pasado se destruyeron 16 pistas clandestinas de aterrizaje. En lo que va de 2016 se ha inhabilitado una, como lo confirman las autoridades.
Además, en 2015, el narcotráfico perdió unos Q17 mil 74 millones con el decomiso de 17 toneladas de cocaína, la destrucción de siembras de amapola y mariguana, y la incautación de efectivo. También fueron capturadas 2 mil 607 personas sindicadas de cometer estas acciones ilícitas.
Pero detrás de toda esta tarea existe una logística humana, en la cual participan las Fuerzas de Tarea Chortí y Tecún Umán, que son unidades combinadas de la Policía Nacional Civil y el Ejército, así como la Subdirección General de Análisis e Investigación Antinarcótica.
Estas élites han recibido entrenamiento especializado, que va desde la capacidad de hacer rastreos en áreas fronterizas, instrucción física de alta exigencia, manejo de estrés, uso de armas largas y cortas, lectura de brújulas, mapas y navegación aérea, terrestre y marítima, así como conocimientos en medicina y patrullajes rurales.
Esos conocimientos han permitido mejorar la vigilancia para contrarrestar las operaciones del narcotráfico en el país, mediante la detección y destrucción de campos ilegales de aviación y sembradíos de plantas alucinógenas, y el decomiso de estupefacientes, dinero y armas.
Los controles deben ser permanentes en las regiones vulnerables, a cargo de las unidades antinarcóticas de la Policía Nacional Civil y el Ejército, cuya tarea es la vigilancia de las fronteras.
Las acciones son positivas y se pueden fortalecer si se coordinan con los países vecinos, especialmente con los del Triángulo Norte de Centroamérica, pues la desarticulación de esas bandas transnacionales amerita un frente común regional.
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