El Organismo Ejecutivo eligió anoche a Dina Josefina Ochoa Escribá y a Henry Phillip Comte Velásquez como magistrados titular y suplente de la Corte de Constitucionalidad (CC), con lo cual culminó el proceso de renovación del tribunal, en los cinco organismos nominadores, que comenzó a mediados de enero.
Ayer por la mañana fue el turno del Congreso, donde fueron designados para los cargos referidos Gloria Porras y María Araujo. El miércoles, los integrantes del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala hicieron lo propio y favorecieron a Bonerge Mejía y a María Fernández; además, el Consejo Superior Universitario nombró a José Francisco de Mata Vela y a Mynor Par Usen. Por su parte, la Corte Suprema de Justicia, después de diferentes rondas de sufragio, confirió la responsabilidad a Neftaly Aldana y a María Consuelo Porras, el 2 de este mes.
El procedimiento de integración de la séptima magistratura ha sido el más vigilado de la historia, y ha dejado aprendizajes en función de su perfeccionamiento, y así continuar mejorando los aportes del alto organismo al país.
El nuevo grupo deberá asumir el desafío de seguir impulsando los cambios en el sistema de justicia que se iniciaron el año pasado, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del estado de Derecho.
Sin duda, llegarán a su ámbito aspectos vinculados con juicios a exfuncionarios públicos, por malos manejos; consultas sobre las reformas legislativas originadas en el clamor popular por la transformación estatal, como en el caso de la Ley Electoral y de Partidos Políticos; y deberá pronunciarse en torno a procesos relacionados con el cumplimiento de las garantías fundamentales.
Los tres son temas que conmueven y mueven a la sociedad, por lo cual es de esperar que si los mecanismos para su nombramiento fueron observados de cerca por la ciudadanía, sus actuaciones lo sean todavía más.
En suma, deberán contribuir a consolidar un proceso de cambio para devolverle a la población la confianza en el Estado, en el ejercicio pleno de su autonomía e independencia respecto de cualquier interés sectorial.
El momento histórico es especial; hay bases para que la nueva CC continúe la construcción de una nación más justa.
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