Todo individuo tiene derecho a la vida
Los derechos humanos, necesarios para garantizar la integridad y realización de todo individuo en sociedad, representan las instancias que tienen por propósito velar porque ninguna ley, gobiernos, entidades, empresas o individuo puedan socavar o limitar la realización que como ser humano toda persona se merece. Siendo, para el efecto, esos derechos universales, irrenunciables e intransferibles.
La conformación de los Estados requirió la instauración de los gobiernos, y con ello, de un ente que administrara la vida en sociedad.
No obstante, las distintas formas de gobierno que aparecieron, muchos se pervirtieron, surgiendo con ello las tiranías y dictaduras que a través del uso desmedido de la fuerza, coartaron la libertad y aspiraciones de muchas personas.
Ante tales excesos que provienen de gobiernos despóticos, entidades o personas en particular, se hacen necesarias, no solo normas y leyes de comportamiento que regulen la conducta, sino también, la presencia de un ente que vigile y resguarde el respeto a los derechos inalienables que todo ser humano posee. Pero ¿cuáles son esos derechos? La declaración universal de los derechos del hombre puede dar una luz, ya que esencialmente: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” A estos se le suman otros que garanticen su bienestar.
Qué sucede entonces en las sociedades en las que las oportunidades para la realización de las personas se ven ensombrecidas a causa de las asimetrías existentes, que determinan que un grupo mayoritario de personas no puedan realizarse como seres humanos.
Es en sociedades en crisis, en que las oportunidades no están al alcance de todos, y la violencia hace su aparición, se hace necesaria la presencia de entidades que velen porque tales derechos sean respetados.
No respetar la vida de las personas, siendo este el primero y más importante derecho humano, constituye la más grande violación de las garantías de toda persona en sociedad. En consecuencia, se debe educar para la vida, al igual que garantizar los satisfactores básicos que toda persona tiene derecho. Solo así, se terminará con la cultura de muerte que tanto afecta el desarrollo y bienestar de este país.