No es que el docente lo sepa todo, pero sabe lo que debe aprender el alumno.
Es claro que educar no es solo transferir conocimiento, sin embargo, este no se logra si no es a partir de aprendizajes y conocimientos previos y esos no surgen de la nada, ya que de la nada, nada adviene. Toda teoría del aprendizaje es infructuosa si no existe previamente una teoría del conocimiento que le dé sustento, y a través de esta resuelva los problemas que surgen en la aprehensión gradual de la realidad.
El docente tiene que mostrar lo que sabe y el alumno aprender lo que debe. Lo cual significa para el alumno, actitud e interés, para así elaborar, a partir de su propio criterio, la ruta a seguir en la senda de conocimientos, mismos que desencadenarán una actitud ética. El diálogo es imprescindible, pero en función de verdades establecidas, develadas por la ciencia, las cuales no son absolutas, pero tampoco relativas. El docente, en cambio, no puede ser un sujeto improvisado cuyas virtudes se basen solo en conocimientos tecnológicos y sus destrezas sean, por ejemplo, la utilización de las redes sociales, el facebook, como herramienta didáctica. Los avances tecnológicos no son el fin de la educación, sino un medio.
En el Constructivismo los estudiantes construyen la realidad a partir de sus particulares herramientas y puntos de vista, lo cual abre las puertas al relativismo gnoseológico. Pero, ¿qué construye el estudiante de la realidad? ¿Cómo lo hace? La realidad es una y aunque existen distintas formas de llegar a ella, estas no pueden, imponer una construcción arbitraria. Es por ello, que la investigación de la naturaleza, a través del ensayo y el error revela sus secretos. ¿Será que construir la realidad significa que cada quien la interprete a su manera? o, ¿es más bien un método similar a la mayeútica, en el que cada alumno descubre la ruta que lo lleva a su encuentro con las cosas? Sócrates, al referirse al relativismo de Protágoras, señalaba que las personas juzgan la realidad de acuerdo a sus particulares creencias y criterios porque son ignorantes. ¿Cómo saber que las construcciones que se hacen son acertadas?
El qué y el cómo, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en la educación superior, no puede estar al margen de aspectos teóricos y circunstanciales que lo afectan. En consecuencia, no es que el docente lo sepa todo, pero sabe lo que debe aprender el alumno para así juntos develar cosas mejores. Romper con el autoritarismo educativo no significa aceptar el paternalismo.
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